Hubo elecciones en Argentina en el día de ayer, y sin
mencionar nombres ya que es lo que menos importa, hay un ambiente bastante
particular. Algo es seguro, la ideología política de Argentina cambio de bando,
y eso no es algo de lo que tendríamos que estar orgullosos. Como en el
transcurso de la historia Argentina, el corto, mediano y largo plazo pareciera
ser uno solo y se encuentra en los próximos cuatro años.
La política como el
origen de lo incorrecto:
Y los
candidatos se muestran ante la gente, sin importar de donde vienen, sin
importar a donde van, brindándole importancia a la basura que sale de su boca.
Muchas veces estas palabras están guionadas por expertos que estudian el
mercado, la gente, las instituciones y cómo se comportan estos factores y como
seducirlos o como manejarlos. Y ahí está, en frente de nosotros, una persona
que ha practicado frente al espejo miles de veces lo que nos está diciendo a
nosotros. ¿Verdaderamente piensa lo que dice? ¿Realmente sabe lo que dice? Que
pobreza cero esto, que seguridad total lo otro.
¿Qué tan
insano es que la pasión se apodere de algo tan frágil como la política? Siempre
que la pasión interviene, disminuye la racionalidad, porque cuando tenemos pasión
por algo, cuando tenemos pasión por un lado, por un sector, por un equipo, por
un partido lo defendemos a cualquier precio… porque eso provoca la pasión.
“Pasión según el diccionario: Sentimiento vehemente, capaz de dominar la
voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira
intensos.”
Entonces,
cuando este sentimiento está en nosotros, nos hace defender a cualquier costo
nuestra ideología, y en un punto está bien que defendamos lo que creemos que es
correcto, porque de alguna manera, ese partido nos representa, ese partido
somos nosotros, y como buenos competidores, no queremos perder. Y es en este punto donde inicia lo irracional.
Es imposible que un partido pueda llegar a cubrir todas las necesidades de una
población, es ilógico que una sociedad actual no sea desigual. Es coherente que
las políticas que favorecen a la clase alta sean vistas con malos ojos por las clases
inferiores, como tiene sentido que políticas de centro izquierda o izquierda no
sean aceptadas por clases económicas altas. Y creo, que algún punto, en el
fondo o no tan en el fondo, lo sabemos. Pero la pasión nos enceguece y no nos
deja admitir las falencias. ¿Cuál sería la imagen de un político que diga: -La
verdad que sí, la pobreza aumento? O ¿Quién
votaría a alguien que nos diga que va a destinar un porcentaje mayor del PBI a
la educación y va a dejar de lado la salud? Porque en definitiva, no se puede
hacer todo y cada uno lo sabe, pero a la hora de remarcar las debilidades de un
gobierno nadie se da cuenta de eso. Pero, sin duda, el momento incomodo es
cuando se ven monólogos disfrazados de debates, cuando todo el mundo sabe de política,
cuando los ingenieros saben de economía, cuando los contadores saben de
derecho, cuando las amas de casa saben de absolutamente todo.
Ejemplo, Caso 1 y único (generalmente es el mismo):
En este “bimonólogo”
hay dos partes en principio. El juego comienza cuando una parte le recrimina a
la otra parte, una falencia del partido al que pertenece quien recibe el
agravio. Generalmente el emisor de la falencia la escucho en un medio, ya sea
televisión, titular de diario, E-mail, Internet, radio etc.. (Aclaremos que la
recriminación es justa, veraz, y que indudablemente deja sin excusas a su contrincante).
Es el turno de la otra parte, como
primera acción, escucha la recriminación, pero al parecer (por sus gestos) sabe
que algo está mal y que probablemente la otra parte tenga razón, pero da la
casualidad que justo en esa materia no está apto para hablar, es decir, si toma
ese camino sabe de antemano que no tiene el conocimiento necesario para ganar.
Por eso, es el momento de retrucar con otra cosa, la mayoría de las veces totalmente
diferente al planteo inicial. Ahora bien, este planteo puede ser algo positivo
del partido al que sigue, o puede contratacar con una nueva recriminación. Este
juego de tires y aflojes continua hasta que ambos se van quedando sin
argumentos, y la mayoría de las veces termina con alguien enojado, o se podría
decir que los dos. El resentimiento
aumenta contra el partido opuesto, y los participantes buscan otros
contrincantes para volcar sus monólogos.
Retomando el
centro de la cuestión. Y tomando como ejemplo el país Argentina:
·
Cuando perteneces a países del tercer mundo y
un político te está diciendo que va a haber pobreza cero cuando eso ni se logra
ni en Suiza… ese político te esta boludeando.
·
Cuando un político te menciona que en su
mandato va a acabar con la inseguridad, cuando esto no se logra en países del
primer mundo y chorros siempre hubo… ese político te esta boludeando.
·
Cuando te dicen que Argentina es un país rico
que puede alimentar a 400 millones de personas. Primero que esa producción es
del productor agropecuario que no te va a regalar ni un choclo, segundo que
para importar tu Smart tv tan amado hay que exportar varios kilos/toneladas de
soja por lo que no es un buen negocio. Es por eso que…. Ese político te esta
boludeando.
·
Cuando en las entrevistas pre-elecciones el
candidato o alguno de su gabinete evita hablar de un tema al cual se aborda
demasiado…esos políticos no solo te están boludeando, sino que van a hacer eso
sobre lo que no quieren abordar.
Y es así, como estamos siempre
adentro de segmentos, de cubos de pasión que no nos dejan ver. Que si soy de derecha,
que si soy de izquierda, de centro izquierda, que el clientelismo, que no hay
un electorado capacitado para votar. Y seguimos girando por la historia de
Argentina, viendo como las cosas se repiten, una y otra vez. Y vuelven a
suceder como si nada y con los mismos resultados, pero es indescifrable como
nadie se acuerda, o como nadie quiere acordarse. Y como una táctica más, eso
que tanto nos hace hablar de política es nuestra principal debilidad, esa pasión
es el medio para que los que buscan el poder lo utilicen como campaña de
marketing.
Y cuando las plazas sigan siendo
parecidas a canchas de futbol con gente vitoreando a un representante que no es
nada más que un hombre tal como nosotros… ese político te esta boludeando.
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