"Las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian" - Anuncio <<Piensa diferente>> de Apple, 1997.
Concéntrate
<<Decidir lo que no hay que hacer es tan importante
como decidir lo que hay que hacer>>
Cuando Jobs regresó a Apple en
1997, la compañía estaba produciendo toda una serie de ordenadores y
periféricos entre los que se incluían una docena de versiones diferentes del
Macintosh. Tras unas semanas de reuniones para revisar los productos, decidió
que ya era suficiente. << ¡Basta! –gritó-. Esto es una locura. >>
Agarro un rotulador, se acercó descalzo hasta una pizarra y dibujó una tabla
con dos filas y dos columnas. << Esto es lo que necesitamos >>,
afirmó. Sobre las dos columnas escribió << Consumidor >> y <<
Profesional >>. Entonces le dijo a su equipo que su trabajo era centrarse
en cuatro productos que fueran excelentes, uno para cada cuadrante. La
fabricación de todos los demás dispositivos debía suspenderse. Se hizo un
silencio sepulcral. Sin embargo, al lograr que Apple se centrara en fabricar
únicamente cuatro modelos de ordenadores, Jobs salvó la empresa. <<
Decidir lo que no hay que hacer es tan importante como decidir lo que hay que
hacer – me dijo -. Esto sirve para las empresas, y también para los productos.
>>
Tras
enderezar la compañía, Jobs se llevaba cada año de retiro a sus cien mejores
empleados. El último día, se colocaba frente a una pizarra (le encantaban las
pizarras, porque le ofrecían un control total de la situación y le servían para
centrar la atención) y preguntaba: << ¿Cuáles son las diez cosas que
deberíamos hacer a continuación? >>. La gente se peleaba para conseguir
que sus propuestas quedasen incluidas en la lista. Jobs las anotaba, y después
tachaba las que consideraba una tontería. Tras un largo toma y daca, el grupo
acaba con una lista de diez puntos. Entonces Jobs tachaba los siete últimos y
anunciaba: << Pues solo podemos hacer tres >>.
La
concentración estaba profundamente arraigada en la personalidad de Jobs, y la
había perfeccionado gracias a su información zen. Filtraba sin cesar todo lo
que creía que podría distraerlo. Sus
compañeros y su familia se desesperaban tratando de conseguir que atendiera
determinados asuntos – un problema legal o un diagnóstico médico, por ejemplo –
que ellos consideraban importantes. Sin embargo, les lanzaba una mirada fría, y
se negaba a desviar su atención, que funcionaba con la precisión de un láser,
hasta estar preparado.
Hacia
el final de su vida, Jobs recibió en casa la visita de Larry Page, que estaba a
punto de recuperar el control de Google, la empresa de la que era cofundador. A
pesar de que sus empresas estaban enfrentadas, Jobs estaba dispuesto a darle
algunos consejos. <<Lo que subraye por encima de todo fue la
concentración>>, recordaba. Le dijo a Page que imaginase como querría ser
Google cuando creciera. <<Ahora está por todas partes. ¿Cuáles son los
cinco productos en los que quieres concentrarte? Deshazte del resto, porque te
están lastrando. Te están convirtiendo en Microsoft. Te están obligando a
lanzar productos que son correctos pero no son excelentes. >> Page siguió
su consejo. En enero de 2012 les dijo a sus empleados que se centraran en unos
pocos proyectos prioritarios, como Android y Google+, y que los convirtieran en
algo <<hermoso>>, tal y como habría hecho Jobs.
Extraído del libro "Steve Jobs - Lecciones de liderazgo" - Walter Isaacson