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viernes, 22 de marzo de 2019

Efecto ola

                Su vida estaba en pausa, es decir, el seguía moviéndose, pero todo lo que había soñado desde pequeño venia sufriendo continuas postergaciones hasta tal punto que se había olvidado lo que realmente buscaba. Se conformaba con objetivos a corto plazo como irse de vacaciones al caribe por dos semanas, sin tener en cuenta que se pasaba el resto del año trabajando en algo que no le gustaba. Las cuentas de los bancos lo superaron en un momento donde la economía de su país se disparaba hacia una crisis. El le decía el efecto ola. Estuvo demasiado tiempo usando el crédito que le daban los bancos, estuvo mucho tiempo merodeando por lo profundo, nadando y jugando sin tener en cuenta el riesgo. Hasta que llego un punto donde los intereses eran impagables, así como el capital que debía. De repente, la ola llego y se lo llevo y luego solo le restaba nadar hasta llegar a la orilla. ¿Cuándo llegaría? En esos momentos el tiempo es indefinido y de una gran incertidumbre. Sin embargo, la principal meta no es llegar a la orilla. La principal meta es no ahogarse.
                Las relaciones, las apariencias lo habían despojado de lo que ansiaba cuando era mas joven. Todas las ilusiones, sueños, ganas y toda esa motivación de un segundo para otro se desvanecieron. Los días pasaban y le costaba hasta respirar. Levantarse e ir de un lado a otro era una sentencia de muerte. Se sentía enfermo y desganado, pensando en que por dentro una enfermedad terrible ocasionaba su dejadez.  Se levantaba cansado y se costaba de la misma manera. Siempre fue un muchacho que le gustaba mantener la apariencia, arreglarse y hasta se la daba de guapo, pero las ojeras comenzaron a darle una apariencia inhumana. Tenía la vista ida y no lograba sentirse bien por completo. Las esperanzas no existían ni en la radio.