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martes, 29 de enero de 2019

#Ponja

                This is the real thing: Me he despertado hoy en un lugar desconocido. No tengo conocimiento de mi nombre, ni de cuantos años tengo, no sé de dónde vengo y ni siquiera si tengo familia o no. Me miro en el espejo y la verdad no se bien si soy yo. No tengo recuerdos de como era mi aspecto físico antes… si era de otra manera. Estoy solo en un departamento bastante amplio, no hay fotos de personas, ni mías. La heladera está llena, una televisión enorme, aire acondicionado y todo lo necesario para poder subsistir. Me asomo por el balcón y veo infinidad de personas, pantallas leds y publicidad de las mejores y más renombradas marcas. Por un segundo pienso que estoy en un sueño o peor aún, que soy el personaje de un libro o de una película en la cual solo se cuenta un tramo de la vida de alguien ¿Acaso están escribiendo sobre mí en este momento?
                Estoy aterrorizado y no contemplo la idea de salir a la calle. Me ducho y me visto con ropa que nunca había portado antes. Alcanzo a comer de lo que puedo reconocer en la heladera, sinceramente hay ciertos ingredientes y alimentos de los cuales nunca he oído. Pasan los minutos y decido encender la notebook que está posada en un escritorio es la esquina, frente a la puerta principal del departamento. En la pantalla de inicio salen unas siglas que no puede reconocer e identificar. Me rindo y regulando mi fuerza cierro la notebook con cuidado. Me dispongo a encender la TV, pero no entiendo el idioma que hablan. Las personas que están en la tv son semejantes a mí, son pálidas, en su mayoría vestidos de manera muy formal. De estatura media/baja ¿Pero de estatura media/baja con respecto a quién? Tengo la sensación de tener algún marco de referencia de alguna vida pasada o de experiencias previas, pero no logro recordar.
                Pasadas cuatros horas, mi ansiedad no me deja estar quieto. Por alguna razón, tengo conocimiento de que el ser ansioso es una cualidad de mi persona. La persona que esta escribiendo sobre mí, debe haberme descripto con esta característica. Salgo por el pasillo del piso donde vivo, o eso creo, subo al ascensor y al ver el tablero del mismo, no logro reconocer los números. Veo siglas irreconocibles las cuales no puedo descifrar. Por intuición coloco mi índice sobre lo que para mí sería planta baja, el ascensor inicia su descenso. La velocidad del mismo me hace asustar, parece más rápido que esos ascensores modernos de los rascacielos ¿Rascacielos de dónde? Al detenerse, se abren las puertas y doy con la salida del edificio. Comienzo a caminar por las veredas de la ciudad. Hay locales de todos los rubros, hay de tecnología, de juguetes, de muebles, de conejos colgados en unos ganchos. Nunca pensé que se podía tener algo tan moderno como un robot de última generación al lado de un conejo destripado. Decido ingresar a una tienda de comida, y trato de hablarle al comerciante. No logró entender ni una sola palabra de lo que me dice. 
                Los ciudadanos son raros, tímidos. Puedo percibir una inteligencia fuera de lo normal, pero no me doy cuenta si su timidez esconde algo de malicia, o simplemente son tímidos por sus falencias físicas: son delgados y enanos, con el rostro angosto y de rasgos desapercibidos. Tienen los brazos flacos, al igual que sus piernas, sus cuellos y todos tienen el mismo peinado. Pero el mayor rasgo distintivo son los ojos, el parpado de arriba esta muy cercano al parpado de abajo. Se podría dibujar los ojos con una sola línea recta. ¡Eso Es! ¡Son japoneses! No se como ni porque, pero me doy cuenta de que estoy en Kobe, en Japón.  ¿Pero como he llegado acá? Es decir ¿cómo me transforme en japonés? Yo no tenia este aspecto que ahora veo en el espejo cuando me lavo los dientes, no tenia los brazos delgados, ni el flequillo, ni los rasgos finos. Aunque pensándolo bien, si tenia los ojos chinos, o por lo menos así me decía mi novia. ¡Clarooo! Ahora recuerdo bien, estaba tan cansado ese día, tan agotado, que no tenía fuerzas ni para modular. Me estaba quedando dormido viendo esa serie horrible de jóvenes del colegio. Siempre un nene lindo, una nena linda, el marginado, el inteligente, etc… Y fue ahí cuando ella me dijo: - Que lindo que sos, estas chino jajaja… Es más, ¡pareces un japonés!
                No logro entender lo que me ha pasado, y de a poco voy asimilando que todo aquello fue un sueño. ¿o el suelo es este? La verdad no tengo idea. Por lo pronto solo quiero comer. Entro a un restaurante, saludo a Haruki y le digo:

      -寿司してください

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